Una de las
diferencias con Argentina es que acá no hay tiempo pre-establecido para
alquilar. Por ejemplo nosotros
alquilamos el departamento donde estamos por seis meses. Cabía la posibilidad
de haberlo hecho por un año, pero Peter prefirió ver si estábamos cómodos en el
departamento y en el barrio. Nuestra idea es extender el plazo y ya se lo hemos
hecho saber en la inmobiliaria. A quienes les he comentado que los contratos de
alquiler en Argentina son por dos años, les ha parecido una enormidad.
Lo otro diferente
tiene que ver con las inspecciones. Si bien en la mayoría de los contratos de
alquiler en Argentina se establece que los /las propietarios /as -previo aviso-
pueden inspeccionar el inmueble, ésto no
se acostumbra a hacer. Como inquilina nunca se inspeccionaron los lugares donde
viví, y cuando tuve mi casita de Tolosa alquilada, tampoco lo hice en mi
calidad de dueña. Pues acá sí se hace, y
ayer tuvimos nuestra primera inspección. Todo estuvo más que bien, y la persona
que vino de la inmobiliaria nos agradeció lo bien que tenemos el
departamento. Debo decir que me parece
atinado que se controle, y a la vez me resulta un tanto invasivo. Es una de
esas cosas que no obstante que uno sienta que son correctas, producen cierto
displacer. Debo admitir que si bien no estaba muy convencida…no me sentí incómoda
con la inspección, seguramente por la actitud de “la inspectora” que fue muy amable y respetuosa.
Otra diferencia es
que se paga por quincena. Si van a una página en búsqueda de alquileres
probablemente se sorprendan por los montos, pero no crean que son tan bajos,
los precios que ven no son mensuales sino semanales.
No se necesita
garantía propietaria (en algunas inmobiliarias de La Plata se piden hasta dos)
y sí, al igual que en Argentina se paga un depósito. Peter dice que lo devuelven.
Comparando, me parece
bien que exista la posibilidad legal de tener contratos más breves y que se
realicen inspecciones. Yo no tuve malas experiencias como propietaria, pero ha
habido gente que ha tenido inquilinos dañinos o sumamente temerosos de los
productos de limpieza…, y el dinero del depósito al finalizar el contrato, no
ha sido suficiente para resolver todo lo dañado. Desde mi lugar de inquilina,
en general los lugares alquilados lucían mejor cuando me fui que cuando
alquilé, así que en lo personal no hubiera tenido problemas con las
inspecciones. Por supuesto, siempre hay algún propietario o propietaria con cierto
nivel de locura o “jodidez”. Recuerdo a la dueña de un precario departamento
que alquilé en 70 entre 2 y 3. Entre otras cosas, la desquiciada y desvergonzada
quería que le arreglara el techo que según ella se había rajado por mi culpa. ¿Creería
la señora que a la noche trepaba las paredes y salía a corretear por el techo con objetos
pesados?